La "Muy" Pobre Viejecita.
Adaptación del cuento infantil "La pobre viejecita" del colombiano Rafael Pombo.
Había una vez, en el suntuoso valle de montañas verdes y pomposas, donde el calor humano y el trabajo eran el pan de cada día.
Un pueblo lindo donde "no se consumía", en aparatos que brindaban a la gente alegría. Allí vivía La pobre viejecita, de nombre Graciela y apellido Buendía.
Esta vieja, cansada y acomplejada, nadita nada poseía, tan solo lajas, dinero y lo que ahora llaman tecnología. Entre tristeza y amargura la pobre se preguntaba, ¿No tengo hijos ni nietos que me inquieten la vida?, pues gastemos dienrito en cosas que quería.
Su comida era abundante, abundante...Hasta donde la medicina lo permitía, pues tenía que cuidarse de una enfermedad o cualquier gripa.
Sus vestidos de diseñador y sus medias bien cocidas, sus zapatos de tacón alto que muy lindos le lucían. Alta alta aunque pequeña, la Pobre viejecita se veía.
Sus mascotas bien comían, solo cerdo y caviar, para satisfacer sus gusto a todo bien y todo mal.
En los últimos años de su triste vida, vacaciones esta bien "bien ganadas las tenía".
Modas nuevas salieron con sus aparatos de telefonía, pero a esta viejecita, esas cosas le comían. le comían sin paciencia y con apuro desmesurado. Esta pobre viejecita de esos temas no entendía.
Ni el dinero ni el poder pueden la tecnología esta mente convencer, pues se quedó en el tiempo y tendrá para entender que renacer.
Renacer en este siglo donde todos están bien "divirtiéndose con sus aparatos y esperando nuevos que tener".
En el valle lindo pomposo sólo quedan estos jóvenes, los que con sus aparatos poderosos hacen ver a esta vieja pobre y con despojos.
Ahora la vieja si es pobre. La moda no puede entender y ni en la vida su papel.
Valoremos las abuelas que nos vieron nacer, paciencia y amor, ahora nos toca tener, para historias como esta nunca más tener que ver.
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